Un piso gaditano reescrito con intención

Este proyecto parte de una premisa clara: el interiorismo no consiste en añadir, sino en depurar.

En el corazón del barrio del Mentidero, en Cádiz, esta vivienda se transforma sin alardes, sin tendencias, sin ruido. Cada decisión —del mármol verde al lino natural, del mobiliario sobrio al tratamiento de la luz— responde a una única intención: crear un espacio donde vivir tenga sentido.

La cocina se materializa en piedra y latón, sin concesiones estéticas ni piezas superfluas. El salón apuesta por volúmenes sólidos, tonos profundos y una atmósfera contenida. En los dormitorios, el uso de materiales nobles y texturas orgánicas activa una sensación de refugio, sin caer en lo escenográfico.Aquí no se busca impactar. Se busca durar.

El resultado es un hogar silencioso, cálido, funcional y radicalmente sereno. Un ejemplo de diseño consciente que reivindica el valor de lo esencial.

Porque diseñar bien es, muchas veces, saber parar a tiempo.